Super rica, una combinación deliciosa. Una tarta ideal para este tiempo veraniego.
Para la base:
150 gr de galletas
80 gr de mantequilla
Para la mousse de queso con fresas:
350 gr de fresas
350 gr de queso crema
400 ml de nata para montar
120 gr de azúcar
7 gr de gelatina en polvo
Para la cobertura:
150 gr de fresas
4 gr de gelatina en polvo
50 gr de azúcar
Adorno:
100 gr de fresas
Unos arándanos
Mermelada de fresa
Comenzamos la receta poniendo los 7 gr de gelatinas a hidratar. Añadimos un par de cucharaditas de agua y removemos.
El siguiente paso será preparar la base de galletas. Trituramos las galletas, la mezclamos con la mantequilla fundida.
Repartiremos esta mezcla sobre el fondo de un molde desmontable. Apretamos bien con el dorso de una cuchara para que se asiente bien y quede una capa compacta. Metemos en el frigo.
Ahora vamos a preparar las fresas. Escogemos unas 8-10 fresas no muy grandes y les cortamos el pedúnculo. Las cortamos por la mitad, estas serán las que formarán los laterales de la tarta. El resto de fresas las cortaremos a daditos para usar en el relleno. Reservamos.
Es el momento de preparar la mousse de queso. En un bol mezclamos el queso crema con 50 ml de nata y el azúcar. Calentamos al baño maría o al microondas hasta que el queso esté fundido. Mezclamos bien hasta tener una crema homogénea, añadimos la gelatina (7 gr) escurrida y volvemos a mezclar hasta que se disuelva. Dejamos reposar la crema hasta que esté a temperatura ambiente.
Cuando la crema esté ya fría montamos la nata. Recordad que la nata debe estar bien fría para montar (yo también pongo en el frigo el bol y las varillas de la batidora).
Añadimos un poco de nata montada al bol de la crema de queso que tenemos ya fría y mezclamos. Esto ayudará que luego se integren mejor las dos cosas. Añadimos ahora la nata montada poco a poco a la crema de queso y removemos suavemente y con movimientos envolventes hasta tener una textura homogénea.
Colocamos las fresas que teníamos cortadas en el molde bien apoyadas en la pared y con el corte hacia fuera. Es importante que queden bien pegadas para que la tarta quede bonita.
Vertemos la mousse de queso sobre la base de galletas, intercalando con trocitos de fresa que teníamos ya cortados. Alisamos y dejamos de nuevo en el frigo para que la crema asiente y se enfríe bien durante, al menos 5 horas (a mí me gusta dejarla de un día para otro).
Una vez la tarta ya está fría preparamos la gelatina. Dejamos hidratar los 4 gr de gelatina con dos cucharaditas de agua. Trituramos las fresas con el azúcar y unos 50 ml de agua. Calentamos el puré (no hace falta que hierva) y disolvemos la gelatina. Esperamos que pierda temperatura y, cuando esté a temperatura ambiente, la vertemos sobre la tarta con cuidado. Dejamos de nuevo en el frigo para que la gelatina cuaje.
Decoración: Se puede decorar al gusto.
Yo la he decorado con fresas cortadas a laminas, formando flores, y con unos arándanos. He calentado dos cucharaditas de mermelada de fresa. La he dejado templar, y he pincelado todas las fresas y arándanos con los que he adornado la tarta.
Espero que os haya gustado esta tarta de queso y fresas y por supuesto, que os animéis a hacerla en casa.